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En esta sesión quería probar algo distinto, jugar con las emociones y puntos de vista. Esta vez, en lugar de escribir su propia vida sobre la piel, quería ver lo que uno sentía sobre el otro.

Esta pareja pasaron la tarde riendo, bromeando, insultándose, pintando y borrando, mostrando la forma absoluta de amor.


ELLA
Él dijo que veía sus dos caras. Su unión con la tierra en el bosque sobre su brazo derecho, las olas del mar en su vientre iluminadas por el cielo nocturno y la luna en su pecho.

El brazo izquierdo es el crisol de la psique. Colores que se entremezclan y bailan, coronados con la duda sobre el propio ser. Los recovecos de la mente que se observan desde fuera.
Medio rostro desnudo, el otro del color de una guerrera.

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